Con elecciones previstas en Colombia, México y Brasil, los próximos meses serán críticos para los intereses de América Latina. En el caso de México, a pesar de que el 2018 se presentaba como un año bastante convulso, la comunidad empresarial se muestra más optimista que nunca.
El optimismo del empresariado mexicano va acompañado por un esfuerzo renovado para posicionar a México en el mapa. Recientemente, el país participó como país invitado en la Feria Industrial de Hannover, una feria de gran prestigio internacional que ha estado al frente de la Industria 4.0 desde su fundación. En lo referente a la esfera política, México tuvo una posición destacada en la última Cumbre de las Américas celebrada en Lima.
Los resultados del último Barómetro Empresarial de OBG: Encuesta de CEOs de México es un reflejo de este pronóstico prometedor, y muestra a una comunidad empresarial con mucha sed de triunfar y de crecer. Alrededor del 88% de los CEOs entrevistados tiene unas expectativas positivas o muy positivas con respecto a las condiciones de las empresas locales durante los próximos 12 meses, un porcentaje mayor al 80% obtenido en nuestra encuesta publicada a finales de 2017.
En mi opinión, el optimismo entre los empresarios mexicanos se debe en realidad a causas estructurales: en México, la mano de obra tiene un gran peso en las industrias a ambos extremos del espectro, desde el sector primario al sector servicios. Su legislación es competitiva, por lo menos tras las reformas llevadas a cabo, y si se aplicaran medidas adicionales para luchar contra la corrupción y mejorar la situación fiscal, la desigualdad debería de ir reduciéndose poco a poco en el país. Parece que la economía continuará creciendo rápidamente durante los próximos años.
Teniendo todo lo anterior en cuenta, es comprensible que el 73% de los encuestados afirme que su empresa tiene una probabilidad alta o muy alta de realizar una inversión de capital en los próximos 12 meses. Este resultado supera sólo en un punto a la última encuesta, en la que se obtuvo un 72%. No obstante, no deja de ser una buena cifra si se tiene en cuenta el actual clima preelectoral.
¿Cómo influirá el TLCAN en el desarrollo de la economía en México?
Cabe mencionar que estos han sido los resultados más positivos de entre las tres encuestas que hemos realizado hasta ahora en México. Estos resultados se producen con las elecciones de julio cada vez más cerca, con el candidato de izquierdas Andrés Manuel López Obrador como actual favorito, y con la renegociación aún en curso del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Preguntamos qué sectores serían clave para llegar a nuevos mercados estratégicos y para desarrollar el comercio bilateral – una cuestión urgente dada la actual situación con el TLCAN –, el 41% de los encuestados respondió el sector de la industria y el 34% el de la energía. Actualmente México es el cuarto mayor exportador de vehículos del mundo, pero este sector podría estar en peligro. Si los EE.UU. decidieran anular el tratado, en vigor desde hace de 24 años, un mayor compromiso con los mercados asiáticos ayudaría a mantener el crecimiento de la industria.
La segunda respuesta más elegida demuestra que hay una gran confianza en el sector de la energía y en la última reforma que éste ha experimentado, lo cual resulta sorprendente si se tiene en cuenta que los resultados están aún por llegar. Con los precios del petróleo relativamente a la baja y una transición que está durando más de lo previsto, los accionistas todavía están esperando los beneficios de estas reformas.
Las prioridades del siguiente gobierno en el clima post electoral
Hay una gran determinación por encontrar la mejor manera de impulsar la economía en los próximos diez años. A nivel interno, hay una tendencia a realizar reformas en profundidad, mientras que a nivel externo, se plantea también la cuestión de cómo fomentar el comercio con nuevos socios en el Pacífico, sin perder
a su vez los territorios comerciales tradicionales. Si Obrador ganase las elecciones generales, la estrategia económica de México podría experimentar cambios. Por ejemplo, el 24% de los líderes empresariales auguran un incremento en políticas domésticas proteccionistas, y el 20% teme que las reformas estructurales puedan experimentar cambios. De hecho, al preguntar a los CEOs cuál creían que debería ser la principal prioridad del próximo gobierno, la mayoría respondió la lucha contra la corrupción (36%), seguida por una mejora del Estado de Derecho (19%). Según informes, en México sólo se castiga el 1% de la corrupción, lo que, como es lógico, ha generado una enorme frustración. La corrupción ha sido un obstáculo para México en muchos sentidos, y ha afectado no sólo al desarrollo de la economía, sino también a la seguridad y la protección de la población.
Según el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) la corrupción supone una pérdida del 5% del PIB para el país, y según otras fuentes, esa cifra llega incluso al 10%.
En cuanto a la economía doméstica, nuestros resultados muestran que la comunidad empresarial pide una mayor investigación y desarrollo; en la última encuesta, el 27% de los encuestados afirmó que esta era la competencia más necesaria, un ligero descenso en comparación con el 30,4% obtenido en nuestra encuesta
anterior. Al I+D le siguen de cerca el liderazgo (25%) y la ingeniería (18%).
Por consiguiente, el futuro de México tiene unas perspectivas muy prometedoras a la vez que no exentas de retos. Si bien la comunidad empresarial se muestra positiva, el próximo presidente tendrá que hacer frente a varias cuestiones económicas una vez se hayan celebrado las elecciones. No obstante, la encuesta realizada por OBG demuestra que el compromiso y la confianza de la comunidad empresarial con el país es más fuerte que hace seis meses, señal de que este año de cambio puede, de hecho, ser muy beneficioso para el desarrollo a medio y largo plazo de México.