Los funcionarios de agricultura del Perú estiman que las exportaciones de ese sector continuarán creciendo significativamente durante los próximos años, debido al aumento de la demanda de los mercados emergentes y a prácticas agrícolas más eficientes.
A finales de septiembre, Erik Fischer, Presidente de la Asociación de Exportadores de Perú (ADEX), dijo que esperaba que las exportaciones agrícolas anuales crecieran hasta llegar a US$ 11 mil millones en 2021. El año pasado, el país exportó US$ 6.700 millones en productos agrícolas y US$ 1.300 millones en productos pesqueros.
Durante su intervención en Lima, en la inauguración de la 11a edición de la feria Expoalimentaria –el evento de alimentos y bebidas más grande de América Latina–, Fischer dijo que, si sus proyecciones eran precisas, el sector probablemente generaría 2,6 millones de empleos adicionales al cierre del 2021.
En las últimas décadas, el país se ha posicionado como exportador clave de frutas y verduras a mercados tan importantes como Estados Unidos y Europa. En este momento es el segundo mayor exportador mundial de espárragos y de arándanos, el tercero más grande de aguacates, el cuarto más grande de mangos y el quinto más grande de uvas.
El valor de las exportaciones agrícolas ha aumentado más de 10 veces, desde apenas US$ 645 millones en 2000, mientras que el número de mercados que reciben productos peruanos aumentó de 95 en el año 2000 a 145 el año pasado.
Con la metodología tradicional, la contribución del sector al PIB es del 7,3%. Sin embargo, después de identificar vínculos relevantes en la cadena de valor, el Banco Mundial estimó el año pasado que su contribución general fue de 11,3%.
Difundiendo la riqueza
A medida que la presencia exportadora del Perú ha ido creciendo, también lo ha hecho el número de empresas que operan en el sector, pasando de 960 en el año 2000, a 1.708 en el año 2010 y 2.117 el año pasado.
Sin embargo, un desglose de las estadísticas muestra que este impresionante crecimiento se ha concentrado en gran medida en los jugadores tradicionales. En el año 2000 el mercado se repartió en 26%, 9% y 65% entre pequeñas, medianas y grandes empresas, respectivamente. A partir del año pasado, las cifras se ubicaron en 9%, 3% y 88%.
Esto ha generado un aumento en las peticiones para tratar de garantizar que el crecimiento se distribuya de manera más inclusiva.
En mayo de este año, varios productores agrícolas de pequeña escala realizaron una huelga de un día, para protestar en contra de la participación de empresas extranjeras en el sector y por la falta de apoyo del gobierno a los productores más pequeños.
“Las pequeñas y medianas empresas (PYMEs) del sector agrícola requieren más apoyo financiero del gobierno y de las instituciones relevantes del sector privado, a fin de aumentar la productividad y la capacidad de exportación”, dijo a OBG Bruno Quesada, CEO de la empresa exportadora de quinoa Deli Organic.
“(La agencia de promoción de exportaciones) PromPerú ha sido de gran apoyo para los productores que buscan exportar, sin importar su tamaño. Sin embargo, las instituciones gubernamentales en general deberían proporcionar mayor asistencia más arriba en la cadena de valor”, agregó.
El crecimiento del sector también ha sido geográficamente desigual. En 2017, el 70% de todos los productos agrícolas, en términos de valor total, fue producido en la región costera. Esta región anunció ese año un crecimiento de 7,2%, en comparación con el crecimiento de 0,2% y la disminución de 0,2% en las regiones de tierras altas y selvas tropicales, respectivamente.
Esfuerzos para impulsar la producción
Para consolidar la reciente expansión agrícola, el gobierno ha implementado una serie de programas diseñados para impulsar la producción.
Una de esas iniciativas es el Programa de Sanidad e Inocuidad Alimentaria, promovido por el Ministerio de Agricultura y Riego (MINAGRI).
El programa de 674,6 millones de soles (US$ 200,4 millones) –respaldado por el Banco Interamericano de Desarrollo a través de un préstamo de US$ 100 millones a 12 años–, se ha enfocado en aumentar la producción erradicando las moscas de la fruta, eliminando enfermedades en las poblaciones de ganado porcino y mejorando las condiciones sanitarias generales y la calidad de los productos primarios producidos y procesados.
“Este programa nos permitirá consolidar nuestras exportaciones agrícolas y facilitar la apertura de nuevos mercados”, dijo Gustavo Mostajo, el entonces Ministro de Agricultura y Riego, en el lanzamiento de la segunda fase del programa en octubre del año pasado.
El objetivo de dicho programa es garantizar que el crecimiento agrícola alcance el 5% interanual, desde 2018 hasta 2021, lo que ayudará a lograr el objetivo del gobierno de duplicar las exportaciones agropecuarias durante el período.
Peru’s plans for agricultural export expansion
Agriculture officials in Peru expect the sector’s exports to continue growing significantly in the coming years, on the back of increased demand from emerging markets and more efficient farming practices.
In late September Erik Fischer, the president of Peru’s Association of Exporters (Asociación de Exportadores, ADEX), said that he expected annual agricultural exports to grow to $11bn by 2021. Last year the country exported $6.7bn in agricultural goods and $1.3bn in fisheries products.
Speaking in Lima at the opening of the 11th edition of the Expoalimentaria fair – the largest food and beverage event in Latin America – Fischer said that if his projections were accurate, the sector was likely to generate an additional 2.6m jobs through to 2021.
In recent decades the country has positioned itself as a key exporter of fruit and vegetables to important markets such as the US and Europe. It is now the world’s second-largest exporter of both asparagus and cranberries, third largest for avocados, fourth largest for mangoes and fifth largest for grapes.
The value of agricultural exports has increased more than 10-fold from just $645m in 2000, while the number of markets that receive Peruvian produce has increased from 95 in 2000 to 145 last year.
Using traditional methodology, the sector’s contribution to GDP is 7.3%. However, after identifying relevant linkages up and down the value chain, the World Bank last year estimated its overall contribution was 11.3%.
See also: The Report – Peru 2019
Spreading the wealth
As Peru’s export footprint has grown, so too has the number of companies operating in the sector, from 960 in 2000, to 1708 in 2010 and 2117 last year.
However, a breakdown of the statistics shows this impressive growth has largely been concentrated among established players. In 2000 there was a split of 26%, 9% and 65% between small, medium and large companies, respectively. As of last year, the figures stood at 9%, 3% and 88%.
This has given rise to calls to ensure that growth is more inclusively distributed.
In May this year a number of small-scale agricultural producers held a one-day strike to protest against the participation of foreign firms in the sector and the lack of government support for smaller producers.
“In order to boost both productivity and export capacity, small and medium-sized enterprises (SMEs) in the sector require more financial support from the government and relevant private sector institutions,” Bruno Quesada, CEO of quinoa exporter Deli Organic, told OBG.
“[Export promotion agency] PromPerú has been extremely helpful for producers looking to export, no matter what their size. However, overall government institutions should provide more assistance further up the value chain,” he added.
Growth in the sector has also been geographically uneven. In 2017 the coastal region accounted for 70% of all agricultural products in terms of total value. It posted 7.2% growth that year, compared to 0.2% growth and a 0.2% decline in the highlands and rainforest regions, respectively.
Efforts to boost production
To consolidate recent agricultural expansion, the government has implemented a series of programmes designed to bolster production.
One such initiative is the Health Food and Safety Programme, launched by the Ministry of Agriculture and Irrigation (Ministerio de Agricultura y Riego, MINAGRI).
The PEN674.6m ($200.4m) programme – supported by the Inter-American Development Bank through a 12-year, $100m loan – has looked to boost output by eradicating fruit flies, eliminating disease in hog populations, and improving the overall health and quality of produced and processed primary products.
“This programme will allow us to consolidate our agricultural exports and facilitate the opening of new markets,” Gustavo Mostajo, the then-minister of agriculture and irrigation, said at the launch of the programme’s second phase in October last year.
It aims to ensure agricultural growth reaches 5% annually from 2018 until 2021, which will help achieve the government’s goal of doubling agricultural and fisheries exports over the period.